Título original: The Churchill Tank
Autor: Richard Chambers
Enlace original: www.flamesofwar.com
Traducción: Marcos García (Kushtar)
A lo largo de toda la guerra el Ejército Británico contó con tres clases diferentes de tanques. Los tanques ligeros tenían funciones básicamente de reconocimiento, mientras que los tanques de crucero eran tanques de artillería que cumplían casi el mismo papel que los tanques medios en el resto de países en conflicto.
Era en el tercer tipo, los tanques de infantería, donde los británicos se salían de la norma adoptada por casi todas las demás naciones, cuyos tanques pesados solían ser asesinos de cañones descomunales diseñados para dominar los campos de batalla por el terror y su potencia de fuego. Los tanques pesados británicos eran tanques de infantería, como el Matilda y el Churchill. Estos vehículos se desarrollaron con la única misión de apoyar a la infantería en sus ataques. Así pues el Churchill se proyectó desde el principio como un carro de combate que debía moverse a la misma velocidad que los soldados, y ser capaz de cruzar terreno acribillado a cráteres de artillería, trincheras y demás obstáculos comunes como alambre de espino o parapetos. También tenía más blindaje que los tanques de crucero, para aguantar el fuego anticarro de los cañones de los emplazamientos defensivos mientras avanzaba hacia ellos.
El Churchill fue diseñado y construido en una época de la guerra que marcaba las horas más bajas de Gran Bretaña: el ejército inglés sólo contaba con 100 tanques operativos para todos los frentes abiertos, por lo que este tanque fue enviado a primera línea sin la habitual batería de pruebas y prototipos. De hecho el fabricante, Vauxhall Motors, incluía en cada carro de combate un manual de instrucciones en el que reconocía abiertamente los problemas acuciantes conocidos de estos modelos y pedía que los soldados que recibiesen los nuevos Churchill informasen de cualquier incidencia detectada en su uso, para poder ir solucionándolas en futuras versiones.
La historia del tanque Churchill, que tuvo unos inicios tan poco prometedores y un debut en combate tan desastroso como el desembarco de Dieppe, dibuja un paralelismo muy interesante con el propio Ejército Británico.
Desde los combates en el Norte de África hasta la victoria final en ese continente, en Italia y por todo el norte de Europa, el Churchill dejó una impronta duradera y terminó la guerra con una buena reputación.
En 1942, con la guerra en el Norte de África en un momento crítico, Winston Churchill (por entonces Primer Ministro y ministro de defensa de Gran Bretaña) dio un discurso histórico en la Casa de los Comunes. Enfrentado a una moción de censura, Churchill pronunció un soliloquio de 90 minutos durante el cual un miembro del Parlamento le hizo una malintencionada pregunta acerca del fiasco del ya conocido como el 'tanque Churchill'.
"Este tanque," respondió Churchill con inocencia, "fue encargado directamente sobre la mesa de dibujo y se fabricaron grandes cantidades en poco tiempo. Como se puede esperar en tal caso, tenía muchos defectos y problemas de concepción, y en cuanto tales taras fueron evidentes fue apropiadamente bautizado como Churchill."
"Estos defectos ya han quedado subsanados," añadió. "No me cabe ninguna duda de que este tanque demostrará ser finalmente una formidable, colosal y práctica arma de guerra."
Esta broma a costa de sí mismo tuvo como respuesta una sonora carcajada de deleite por parte de la bancada de parlamentarios; en la siguiente votación, la moción de censura contra el Primer Ministro fue rechazada por un aplastante 475 a 25.
Extraído de "Armour in Focus Profiles: The Churchill Tank”, Winston and His Tank, Gerry Chester
Variantes del Churchill
El desarrollo del tanque Churchill sigue las evoluciones en armamento británicas, como se puede constatar a continuación:
Churchill I y II (1.430 unidades producidas)
En 1941 el cañón de 2 libras ya había demostrado su ineficacia contra los blindados alemanes. Sin embargo aún se estaba produciendo gran cantidad de ellos, ya que con la amenaza de una posible invasión de la isla no había tiempo para reequipar a todas las factorías para fabricar el nuevo modelo de 6 libras.
El Churchill I fue por tanto equipado con un cañón de 2 libras en la torreta y una ametralladora coaxial Besa de 7.92mm. Para complementar esta carencia de fuego se añadió en la estructura un obús de 3 pulgadas, capaz de disparar munición de alto explosivo a largas distancias. Con él el Churchill podía eliminar búnkers enemigos u otros objetivos fortificados. Como estos objetivos eran estáticos, que el cañón estuviese fijado en el chasis no era visto como una gran desventaja.
El Churchill II remplazó este obús por una segunda ametralladora en el casco.
Los tanques Churchill Mark I y II tuvieron su bautismo de fuego en el asalto a Dieppe en 1942, donde no tuvieron gran éxito. Sus pequeñas ruedas pensadas para carretera y su gran peso fueron una combinación pésima sobre las playas de guijarros sueltos de Dieppe. Estas pequeñas piedras se metían entre las ruedas y cadenas del tanque, haciendo que saltasen o se atascasen a la mínima, mientras que otros Churchill simplemente se enterraron a sí mismos en la gravilla suelta.
A pesar de este funesto estreno en combate el diseño básico demostró ser bastante fiable y con algunos cambios los Churchill I y II siguieron en servicio en Túnez e Italia, algunos de los cuales llegaron a sobrevivir incluso hasta las batallas por la línea Gótica en 1944.
Churchill I CS (6 unidades producidas)
Cada Cuartel General de escuadrón poseía una variante CS ('Close Support', o Apoyo Cercano) del tanque Churchill adscrito a él. Su papel era usar munición de gran calibre y alto explosivo para eliminar a la infantería atrincherada y los cañones con dotación, como los anticarros. También podían disparar humo para limitar las líneas de visión de aquellos objetivos que no pudiese destruir.
La información recogida de las tripulaciones de los Churchill I indicaba que el obús de 3 pulgadas montado en el casco era bastante ineficaz. Era muy difícil de apuntar, ya que todo el tanque tenía que girar para alinearlo, y era casi imposible alcanzar a un enemigo que se encontrase en una posición más baja que el casco del tanque.
El Churchill I CS fue un tanque de apaño, que tenía otro obús de 3 pulgadas en la torreta en lugar del cañón de 2 libras. Para que estos tanques fuesen aún más eficaces, se recuperaron algunas cúpulas de Panzer III destruidos y se añadieron a su torreta, para conferir a los comandantes más visibilidad en el campo de batalla.
Esta variante del Churchill tuvo una producción muy limitada (sólo seis) y sólo entró en acción una vez.
Churchill III (675 unidades producidas)
Con una disponibilidad cada vez mayor del potente cañón OQF de 6 libras y varias modificaciones, el Churchill III nació siendo un diseño fiable que eliminaba el obús de 3 pulgadas del casco y equipaba al tanque con un cañón principal mucho mejor en una pequeña torreta de soldadura más cuadrada.
La producción empezó en marzo de 1942, por lo que el Churchill III entró en acción en Dieppe, El Alamein, Túnez, Italia y el noroeste de Europa. Su excelente resistencia queda de manifiesto con un dato: durante dos combates en el Norte de África, seis Churchill III soportaron en conjunto 106 impactos de proyectiles perforantes y de alto explosivo.
A pesar de que cada tanque fue alcanzado unas 17 o 18 veces de media, sólo uno fue destruido, otro quedó inmovilizado al perder una cadena y a un tercero se le atascó la torreta. ¡Ni punto de comparación con otros tanques contemporáneos, que solían quedar fuera de combate al primer impacto!
Antes de la invasión de Normandía se reequiparon 242 Churchill III con cañones de 75 mm, que pasaron a ser conocidos como Churchill III* (75 mm).
Churchill IV (1.622 unidades producidas)
El Mark IV fue el Churchill con mayor producción, virtualmente idéntico al Mark III siendo su cambio más reseñable el retorno a una torreta de fundición. Era de dimensiones similares a la empleada en el Churchill III, pero con curvas que eliminaban los ángulos rectos de aquella. Esta torreta de fundición era mucho más barata de fabricar y al carecer de cordones de soldadura o puntos de unión, ofrecía unas características defensivas mejores.
El Churchill IV hizo su estreno en combate en la campaña italiana y también luchó por todo el noroeste de Europa.
Antes del Día D se reequiparon 820 Churchill IV con cañones de 75 mm, lo que los convirtió en versiones casi indistinguibles del Mark VI, que fueron bautizadas como Churchill IV-B (75 mm).
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