Por fin tenemos en nuestras manos la esperada caja del regimiento de Guerreros del Apocalipsis, de la barcelonesa Avatars of War, su lanzamiento estrella de la nueva gama para el juego de estrategia Warthrone ambientado en el mundo de Saga. Larga ha sido la espera, cercana a los tres meses (su lanzamiento estaba programado para el 27 de febrero), por la avalancha de reservas que hubo en cuanto se filtraron las primeras imágenes y por la falta de medios para atender a tal demanda, que provocaron un desbordamiento tal que incluso quienes reservaron con bastante antelación hayan sufrido este retraso. Pero una vez superado ese trance, vayamos a lo que interesa: abrir la caja.
Las piezas de estos 20 guerreros con alabarda (yo los pedí con dichas armas, aunque también hay la opción de armas variadas a dos manos, arma y escudo o dos armas) vienen en 6 bolsas, separadas por torsos y piernas (5 diferentes de cada tipo, repetidos 4 veces cada tipo), brazos y cabezas (10 modelos de brazos, repetidos 4 veces, mientras que las cabezas son todas distintas), alabardas (5 modelos distintos, repetidos 4 veces cada uno), 20 peanas cuadradas de 25 mm y complementos varios.
Los complementos incluyen cadenas y picas con calaveras, armas adicionales, dos espadas envainadas, cabezas humanas cercenadas y las modificaciones para el grupo de mando: un par de opciones de estandarte, un cuerno para el músico, una mano apuntando (los paladines siempre son muy dados a ir señalando por ahí), un hacha y un martillo especiales para el campeón y también una espectacular capa de piel ondeando al viento.
Además, si habías reservado la caja antes de su fecha de salida, se incluían de forma gratuita tres complementos más de tirada limitada: una cabeza y un torso especiales para el campeón, así como un familiar demoníaco sujetando su espada. Exceptuando la cabeza para el campeón, a los otros dos no les veo mayor relevancia: el torso acabará pasando desapercibido y el familiar no tiene mucho sentido en un regimiento (sí para un personaje especial, por ejemplo) ni mucho sitio donde colocarse. Mejor hubiesen sido mutaciones demoníacas (brazos con pinzas, extremidades tentaculares o dos cabezas, por ejemplo), o un pendón más barroco y espectacular que sirviese como estandarte de batalla.
El material de las miniaturas es el ya conocido plastic-resin, o "resina plasticosa" como se denomina en el argot de los modelistos profesionales. Con la dureza de la resina, aunque quebradiza en las partes delicadas, esta mezcla resulta ligera, blanda y bastante maleable, flexible como el plástico. Ello no quiere decir que el pegamento especial para plásticos funcione a la hora de pegarla, así que haréis bien en ir desembolsando vuestros petrodólares en botes de cianocrilato (el Goma-Gom de los chinos es una mierda, estáis avisados). Aquí vemos una de las múltiples combinaciones de arma, brazos, torso, piernas y cabeza que se pueden hacer para un guerrero genérico del regimiento.
No os engañéis tampoco por la cantidad de opciones, equipo y demás: aunque la variedad es amplia, a la hora de la verdad la "multipose" queda muy deslucida por el hecho de que el barroquismo de las armaduras impide colocar los brazos, cabeza, hombreras y armas en las posiciones exactas que querríamos. En esta miniatura montada tuve que cortar tres pinchos (uno en la armadura y otros dos en el asta de la alabarda) para que todo encajase más o menos bien, y eso con las limitaciones de las hombreras (que hacen tope en pecho y espalda mucho antes de lo que nos gustaría, por lo que tampoco hay mucha libertad a la hora de colocar los brazos). Aún así, no se podía esperar otra cosa con unas figuras de guerreros caóticos tan recargadas y en términos generales el resultado es muy satisfactorio.
Los mangos de las alabardas son más largos de lo que deberían, para que, dependiendo de que necesitemos forzar más o menos la postura de los brazos, se puedan cortar a necesidad de cada uno. Además, la mano derecha (o la izquierda, ojo, porque hay alabardas para diestros y para zurdos, tened eso muy en cuenta a la hora de emparejar manos, u os quedarán guerreros ortopédicos con dos manos izquierdas o derechas) esta ahuecada y permite alinear el arma a la perfección. El único problema ahora va a ser conseguir encajar a 20 de estas mulas blindadas en un regimiento bien formado, porque con el cacho alabarda que llevan, no va a poder juntarse nadie a su peana. Supongo que las opciones con arma y escudo o con dos armas no tendrán ese problema (las armas a dos manos también son descomunales).
En resumen, es un regimiento que lucirá de forma espectacular sobre el campo de batalla y que apetece ponerse a pintar desde el primer momento. El precio es algo elevado (40 euros, con gastos de envío, por 20 miniaturas), aunque no tanto como el de otras marcas (por ejemplo Games Workshop, que es en la que todos estamos pensando, donde 12 Guerreros de Caos cuestan 30 eurazos, sin hablar de los Elegidos, donde 5 figuras en metal suben a 26 euros). Las cuentas las echa cada uno, por supuesto, pero a mi me parece una inversión perfecta por su calidad, su nivel de detalle y la cantidad de complementos que trae para personalizar al regimiento (estandartes, armas adicionales, cabezas, calaveras...). Esperemos que esta línea de Warthrone se estabilice, coja ritmo y nos ofrezca muchas más novedades como esta en el futuro.
Kushtar
Gracias por la reseña y por las fotos, ya me gustaban antes de verlos tan de cerca y ahora todavía más
ResponderEliminarMe alegro de que te haya sido útil, dannnn. Un saludo!
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